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Escuchar o leer a alguien que se llame cristiano llamando a la muerte de otro ser humano o justificando la muerte de otra persona a manos de un asesino al que defiende, definitivamente indica que esa persona en realidad no es cristiano.
Los cristianos son aquellas personas que aceptan a Jesús como Salvador y que renuncian a los métodos del mundo para dirimir controversias mundanas. Un cristiano verdaderamente seguidor de Jesús no amenaza de muerte a otro, no se alegra de la muerte de otra persona, sea o no cristiana. Para entender que esta es la manera correcta de actuar de los cristianos solo debemos reparar en lo que dice la Biblia sobre el Ministerio de Jesús en la tierra. A pesar de todas las fechorías a los que fue sometido El Salvador, por la clase religiosa farisea, Jesús nunca actúo con violencia contra ellos. Más bien razonó con base en las Escrituras sobre la justeza de sus enseñanzas. Incluso en el episodio en que uno de quienes le acompañaban actuó con violencia contra quienes venían a por el Maestro, Jesús en todo momento manifestó ser contrario al derramamiento de sangre de las demás personas.
"Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber? Entonces la cohorte romana, el comandante y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote ese año" (Juan 18:10-13).
Nótese que cuando los religiosos judíos fueron a buscar con los romanos a Jesús para asesinarle, este se opuso a que se derramara sangre para evitarlo. No solo porque la profecía tenía que cumplirse, sino también porque esa conducta era coherente con el mensaje de paz y amos de Jesús. Un mensaje de paz y amor que no está presente en los falsos ídolos que muchos cristianos de hoy día siguen. Un cristiano no debe alabar ni seguir a quien comete asesinato por mano propia o utiliza un sicario o una tropa militar para que alguien sea asesinado. Ese tipo de individuos es un asesino, y Dios no está con los asesinos así como no lo está con los poderosos que abusan de los débiles.
"Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates,[a] y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal”. 22 Pero yo les digo que todo el que se enoje[b] con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte[c] a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que lo maldiga[d] quedará sujeto al fuego del infierno" (Mateo 5:21-22).
Como señala Éxodo 20:13, Dios prohíbe asesinar. Todo aquel que lo haga y además mencione a Dios en su justificación de asesinato no solo incumple ese mandamiento, también ofende a Dios al utilizar su nombre en vano. Entonces el cristiano que quiere salvar su alma debe repudiar a quien ordena matar a otros, a quien lo hace por mano propia y a quien se regodea diciendo "yo lo mandé a matar, yo dí la orden". Esa persona que así actúa quitando la vida a otros está condenada al eterno tormento.
En próximos artículos continuaré ahondando en este y otros temas. Por los momentos quiero que recordemos siempre, que nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro. No se dejen extraviar por gente que escribe que está bien matar a esta o aquella persona, por gente que infunde el odio contra otros para justificar la muerte de esos otros a manos de criminales que usan el nombre de Dios en vano.
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